Se mata el centollo para que no se le suelten las patas al hervirlo, por lo que se introduce en un recipiente con agua fría e hielo, aunque si se quiere hacer más rápido se introduce en agua templada. Si disponemos de un fuego fuerte también podemos echar el centollo vivo cuando el agua está fría y lo ponemos a hervir.
Se vierte abundante agua en un recipiente, aproximadamente unos 5 litros por pieza, se añaden 70 gr. de sal por cada litro y se pone a hervir.
Cuando el agua está hirviendo se mete el centollo y se empieza a contar el tiempo una vez que después de bajar el agua vuelva a hervir.
Una vez cocido debe consumirse a continuación, sin meterse en el frigorífico, ya que el frío hace que su carne se reseque y sea muy complicado sacarla de sus patas.
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